Comienzo
Capítulo I: Los ladrones
<>Cuando tenía catorce años me inició en los deleites y afanes de la literatura bandoleresca un viejo zapatero andaluz que tenía su comercio de remendón junto a una ferretería de fachada verde y blanca, en el zaguán de una casa antigua en la calle Rivadavia entre Sud América y Bolivia.Final
Capitulo IV : Judas Iscariote
>Arsenio Vitri se levantó, y riendo dijo:
—Todo eso está muy bien, pero hay que trabajar. ¿En qué puedo serle útil?
Reflexioné un instante, luego:
—Vea; yo quisiera irme al sur... al Neuquén... allá donde hay hielos y nubes... y grandes montañas... quisiera ver la montaña...
—Perfectamente; yo le ayudaré y le conseguiré un puesto en Comodoro; pero ahora váyase porque tengo que trabajar. Le escribiré pronto... ¡Ah!, y no pierda su alegría; su alegría es muy linda...
Y su mano estrechó fuertemente la mía. Tropecé con una silla... y salí.
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