No soy tenista, no practico el tenis en forma profesional, pero con qué entusiasmo, los días que juego, veo que amanece y me calzo las zapatillas y termino rápido mi capuccino para empezar a elongar y concentrarme en los golpes, la táctica, y la regulación de la energía física.
No, no soy tenista, ni estoy entre los primeros 50.000 mejores jugadores, ningún sponsor me viene a buscar para que luzca la ropa diseñada especialmente para mí, los tubos de pelotas los compro en la estación de servicio, y cambio sin chistar las cuerdas de mi raqueta cada vez que se cortan.
No soy un militante revolucionario, pero se me pone la piel de gallina
sábado, febrero 04, 2006
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