jueves, mayo 14, 2009

El presente puro





La curiosidad no tiene una flecha del tiempo. Los enigmas o atractores de atención no distinguen pasado de futuro. Y en mi caso, tengo un dilema que prefiero no resolver x ahora.


I’m interested in the world of images and objects where people seem to forget about memory, forget these things have a past or multiple pasts

                                                                                             Fred Wilson


Ayer leía a Eliot para contrapesar un poco otras lecturas de ciencia ficción y me preguntaba dónde estamos la mayor parte de nuestra vida ? En alguno de los pasados, en alguno de los futuros, o en el presente puro ? Ahora, mientras manejo de regreso a casa, dónde estoy, en la cabina del auto, en las reuniones de mañana, en la cena que aún no comí, o en la ducha que me di antes de salir ?



Creo que el futuro me empezó a interesar de un día para el otro, en el año 1995, después explicaré el por qué pero la fecha no es arbitraria.

Pero el pasado mucho antes, quizás desde el mismo momento en que empecé a tener pasado personal, lo cual, viendo a mi hijo Tomás, sé que no ocurre antes de los 7 u 8años, pongámosle 9 años.

El pasado personal empieza siendo muy pobre, y se va ampliando hacia los antepasados, pero donde se hace formidable es cuando se convierte en el pasado de la humanidad, o incluso del universo, después hablaré del multiverso, porque eso ya pertenece al futuro.

Allí, en los pasados múltiples, pasé las horas más largas de mi vida, nunca volverán a ser ásí de irresponsables, contemplativas, y ensoñantes, nunca más me convenceré de que es posible convertir al pasado en una sustancia concentrada que puede ser bebida en forma de lectura : la biblioteca. Y sin embargo ahora aspiro a concentrar mi Babilonia de PDF´s en mi Sony Reader. Pero eso aún no ocurrió.

Y otra vez, primero fue la biblioteca de mis padres, luego la suma de los libros que les robaba a ellos más los que me compraba yo, y luego las bibliotecas públicas, el Lincoln Center, la del Goethe, la Nacional de la calle Mexico, la del Buenos Aires, la de Filo, las de mis amigos, y conocidos. Wow. Cuántas miles de horas que se hicieron años pasé en múltiples pasados leyendo escritores del siglo XIX y vanguardistas de las primeras décadas del XX.

El pasado me obsesionó mientras creía que podía conocerlo exhaustivamente, y especialmente la década del 20 en Buenos Aires, donde la mezcla inmigratoria generaba milagros como escuchar las misas en italiano en las iglesias de La Boca. Y Josefina Scarfo, que sólo por azar era mi abuela, dejando de leer al Dante para hablarme de Severino Di Giovanni, un precursor del Che Guevara, y un modo de ser héroe, semidios, o vivir la realidad aumentada antes que la supertecnología lo hiciera realidad.

La curiosidad absoluta por el pasado me duró mientras mi intención era fugarme del presente hacia atrás. Pero qué diferencia hay con fugarse hacia adelante ? Del ya no al no todavía. Creía que si me especializaba en la tradición literaria occidental, descubriendo islas de escritores menores que conspiraban contra su época, estaría a salvo del presente agobiante de los primeros 90.



Y en el 95, hace 14 años hoy, qué pasó ? La web abierta, de la mano de Yahoo, Altavista, Hotbot, MetaCrawler, me hizo escribír mi primer libro, y soñar despierto con google antes de google así como Stendhal soñaba con el cine y escribía largos travellings antes que el cine existiera.

Hace meses que no actualizaba mi blog porque quería escribir sobre el futuro adorando el pasado y viceversa. Pero no podía, porque cuando el pasado se encarnaba en una curiosidad abstracta, el futuro parecia encarnarse en una curiosidad mórbida y de esa manera se volvían perspectivas incompatibles. Pero ya está, estoy listo para resetear mi percepción una vez más.