A los 15, tuve mi primera novia, pero me sentí un cobarde porque mientras estaba en el cine con ella, no estaba pegándole en la cancha de futbol una trompada a un flaco que me apuraba porque lo había barrido y se habia lesionado el hombro.
Un amigo llamado L, que ahora está internado en un manicomio, fue quien me enseñó todo lo que sé sobre vinos. Sus padres tenían una vinoteca en el microcentro y él venía en mis epocas de traductor con dos botellas a casa y mientras conversábamos él iba improvisando lecciones sobre modos posibles de disfrutar, comparar, y sentir el vino.
Los mejores momentos de la vida son la causa de las peores depresiones. Quien no conoce la plenitud tampoco debe temerle al vacío existencial.
Estamos hechos de múltiples facetas. Y podemos distinguir facetas gemelas con múltiples personas. Pero luego viene el tiempo de apreciar facetas divergentes, opuestas, asimétricas. Y no existen algoritmos que nos permitan relacionarnos en forma inteligente con el mundo.
sábado, mayo 31, 2008
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