es cierto que cuando empecé, sólo peloteaba con el vocabulario, combinaba frases hechas, trataba de seguir el ritmo de los escritores que leía, Miller, Kerouac, Fitzgerald, y luego Walser, y sobre todo, disfrutaba de mis caminatas solitarias, cuanto más aislado, más íntimo, cuanto más intimo, más puro.
pero también es cierto que eso fue sólo un tipo de principio. porque cuando me desperté transpirado por una pesadilla, y advertí que por encontrarme en el living de la casa de un amigo, y percatarme después de una larga borrachera de días sin dormir, que era cierto que mi novia de ese tiempo ya no lo era más, ahí, entonces, empezaba de verdad lo que había sido sólo un lindo ensayo.
bendita adolescencia que nos obliga a inmersiones oscuras con el único propósito de replegarnos un poco más, distanciarnos de la mundanidad, dejar que se escuche lo que clama por manifestarse.
y
domingo, marzo 25, 2007
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