viernes, enero 13, 2006

ya soy un escritor

Qué edad tiene un escritor ?

Rimbaud a los 17, Bertrand Russell después de los 50, y en el medio la tradición occidental con su espectro disperso de edades de iniciación.

Henry Miller a los 30, Cortazar , y a la vuelta de casa, en un ph, descubris que un anciano alemán de apellido Hertz murió dejando un cuaderno que era el No 953 de una serie que tenía acumulada en una gran biblioteca en el cual iba mejorando la versión de un libro que simulaba ser una versión en español de los Cantos Apocrifos de Pound. La genialidad de Hertz es que desde que entró a la universidad hasta el día en que murió supo, quiso o le convino que su premisa fuera inamovible. Tenía la tranquilidad de sentarse frente a una hoja que nunca estaba en blanco, aunque no hubiese ninguna línea escrita.

En qué momento la pregunta (y, ya soy un escritor ?) que se viene repitiendo desde la adolescencia, cuando descubriste que tenías que ser alguien, sobreimprimiendo tus hazañas en negrita para no correr el riesgo de pasar desapercibido.

Es fácil , a los 30, tomarse en serio porque uno estuvo soñando las mil y una noches de la poética y después de probar ser vanguardia experimental o fórmulas clásicas o autobiografía ficcional, llegó a la conclusión de que un tono registrado con precisión es suficiente para hacer crecer una historia, y si sos capaz de reproducir ese tono y a la vez diseñar la arquitectura del relato, con perseverancia, y profesionalismo, quíén te dice que no publicás una novela seria en una editorial de prestigio?

gold fifties, Cortazar en Paris,

y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado pare escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico


y el exilio sopla a favor para desarrollar una mirada suficientemente extrañada para construir los perceptos adolescentes que luego, toda una generación, adoptaría pensando: esto es lo que yo quiero decir, sacarme de encima una generación "que da citas precisas, necesita papel rayado para escribirse, o aprieta el tubo del dentifrico desde abajo".

Cortazar en París, y mientras parece que el río de la Plata y el Sena mezclan sus aguas, en realidad se mete un huracan beatnik de la forma mucho más importante que el romanticismo de los contenidos. Una velocidad de la oración, que permite encadenar fotos, chispazos, manchones sobre la tela, y escaparse de la linealidad. Después lo llamaremos Jazz, pero no importa: es un fraseo, un único tono, que perseguido por su parte más ancha, hace avanzar una orquesta de instrumentos menores que, juntos arman la famosa sinfonía cortazariana.

Y en los 50 Henry Miller:
–Pues bien –continuó–, lo sepas o no, ya no queda en el mundo nada a lo que se pueda llamar alma. Eso explica en parte por qué se te hace tan difícil iniciarte como escritor. ¿Cómo puede escribir uno acerca de personas que no tienen alma?

Hay mucho de Miller en esta cita porque la Trilogía es la Historia de alguien que Tiene que ser escritor antes que ninguna otra cosa en el mundo. Es la novela de aprendizaje de un héroe que, si logra ser un escritor, con todo lo que eso supone para Miller, entonces luego existe.